domingo, 26 de julio de 2009

Sueño abierto

Le dije a Javier que no se le ocurriera aparecer por mis sueños, que era peligroso y que mejor otro día nos íbamos a jugar por ahí con fuego…
Pero Javier nunca hace caso y apareció al final de mi sueño, minutos antes de que yo despertara, como todos sus impredecibles aparecimientos. Yo lo vi, corrí hacia él y le dije con voz fuerte: “¿Qué haces aquí?” el no supo que decir y yo enojada, comencé a empujar gritando que no lo quería ver porque era mejor encontrarlo en la realidad donde me sorprendía más que en mis sueños…él se alejó, pero prometió volver; al fin y al cabo, dijo, los sueños son sólo prolongación de la realidad y con un beso me dejó emberrinchada al final de mi sueño justo cuando desperté.

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