miércoles, 20 de enero de 2010

Pisando anhelos

Una de las cosas simples que me gusta hacer por la vida es pisar las hojas secas que me encuentro a mi paso, ya sé que para muchos este acto pasa casi inadvertido, pero aunque no lo crean, para mí siempre ha sido algo bien placentero (lo sé, soy rara), algunas veces hasta me peleo con la gente para que no pisen una hoja o puedo cambiar drásticamente mi ruta con tal de pisar unas cuantas hojas secas, otras veces hasta las escojo, me gustan las que crujen rico, las más secas jeee.
El otro día iba caminando rumbo a la escuela de mi hermana y descubrí que la nieve también cruje rico jeeee, lo admito, ahora también puedo decir que pisar la nieve es algo placentero, me gusta pisar la nieve y me gusta ese pequeño crujido y esa sensación de flotar por un instante.
Trataré de describírselos, pisar la nieve es como flotar por un breve momento, es como sentirte más ligero por un segundo, aunque después tu propio peso te haga recordar que has comido mucho estos días y te hunda en la nieve, esa sensación, de que se detiene el tiempo, de que estás estático y flotando…¿me explico? Luego das el paso y en el instante en que das el paso el crujido viene, es un leve crunch, ligero, ligero, pero ahí está, lo sientes, lo escuchas…
Por lo pronto a falta de hojas secas, voy por las calles pisando por la orillita, donde juntan la nieve, sé que después a falta de nieve, pisaré hojas…

No hay comentarios:

Publicar un comentario